Lo siento, Lo siento lo siento; no, enserio, lo siento, es que no les eh dado su regalo, lo siento muchísimo, lo había intentado, pero me fue imposible en casi todas las ocasiones, lo siento mucho lectores, de verdad, lo siento. Discúlpenme *Llorando por el arrepentimiento*
Bueno, aquí les dejo (POR FIN!) el regalo por el segundo mes de "el Blog de lo bizarro", se trata de la primera parte del nuevo cuento que escribo, el cuento esta basado en otro cuento, y mi cuento esta planeado para ser adaptado a película; por eso es que tomé como referencia la historia de Hans Christian Andersen, bueno, aquí les dejo la primera parte de la historia.
1
Tenía la mirada fija en su cráneo, para ser precisos en el castaño cabello; de entre el castaño pelambre unos grises y sutiles cabellos sobresalían de entre la multitud café, con furia, miro fijamente a esos grises cabellos, los tomo con firmeza y con furia arranco dos de un solo tirón; una punzada de dolor le recorrió la cabeza, esta fue apaciguada solo por el placer que el deshacerse de aquel par de canas le había provocado.
Era una mañana de esas en las que uno no tiene ganas de hacer absolutamente nada, quedarse dormido en cama y solo levantarse de esta para comer, pero ella quisiera o no, tenía que ir a la compañia, era el día en el que decidirían que ballet hiban a presentar, y quien sería la protagonista de este.
Rumores habían estado corriendo por la compañía, se decía que este año la protagonista de la temporada tenía que ser innovadora, fresca; el director quería sorprender al publico con un nuevo show, renovado y joven, fresco.
El problema era que ella ya no estaba para esas cosas, esas cosas frescas e innovadoras, ella era mas como una bailarina clásica, clásica como esas bailarinas instruidas por Vagánova con su pulcra y hermosa ejecución de piezas, una bailarina antigua; pero ahora el público se había reducido terriblemente para esta clase de bailarinas, el publico estaba buscando mas innovación, cosas nuevas, estaban hartos de los clásicos, querían juventud, querían belleza salvaje y refrescante, refrescante como una bocanada de aire de las lejanas tierras de África desconocida; querían juventud.
Juventud
Rumores habían estado corriendo por la compañía, se decía que este año la protagonista de la temporada tenía que ser innovadora, fresca; el director quería sorprender al publico con un nuevo show, renovado y joven, fresco.
El problema era que ella ya no estaba para esas cosas, esas cosas frescas e innovadoras, ella era mas como una bailarina clásica, clásica como esas bailarinas instruidas por Vagánova con su pulcra y hermosa ejecución de piezas, una bailarina antigua; pero ahora el público se había reducido terriblemente para esta clase de bailarinas, el publico estaba buscando mas innovación, cosas nuevas, estaban hartos de los clásicos, querían juventud, querían belleza salvaje y refrescante, refrescante como una bocanada de aire de las lejanas tierras de África desconocida; querían juventud.
Juventud
Aquello que cada vez se alejaba mas y mas de ella, aquello que amenazaba con abandonarla por completo, pero poco a poco para hacer que sufriera cada vez mas y mas; aquella cruel sensación que le iba impidiendo hacer los movimientos que en su tiempo pudo hacer con agilidad y que hoy le tronaban los huesos y le provocaban dolor.
Aquella Juventud que ella anhelaba tener de nuevo, que ella deseaba con todo su corazón.
Deseaba ser joven de nuevo, hacer aquellos bellos pasos de baile con la belleza, delicadeza y agilidad con los que en un tiempo pudo.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el chirriante y estruendoso sonar del teléfono, rápidamente salió del baño vaporoso en el que se encontraba, aún estaba mojada y estaba en toalla, corrió hacia la estancia y tomo el teléfono apresurada, casi resbala en su intento por alcanzar a contentar y estuvo a punto de caer al suelo resbalándose por el agua que aun tenía en el cuerpo.
Alzó la bocina y una chillona y chirriante voz le dijo:
Hola
Con una expresión de desprecio y en parte de arrepentimiento contestó:
Hola madre, ¿como estas?
Bien hija, ya sabes, con las cosas de viejos... ya vez.
¿Como esta papá?
Bien, hasta el momento no a tenido otro de sus ataques ni nada por el estilo, pero lo eh visto triste, ¿no crees que pueda ser por que no haz venido a visitarnos?
Lo siento, pero eh tenido una semana de verdad ajetreada, ya vez que la nueva temporada esta por comenzar y el ambiente en la compañía esta de lo mas tenso, lo siento de verdad, prometo que en cuanto pueda ir...
No te preocupes, sabemos que eres una mujer ocupada y que no tienes tiempo ni siquiera para tus padres.
Lo siento, es que.... no eh podido, necesito el protagonico este año, si no lo consigo ahora ya nunca lo conseguiré.
Claro, obtén el protagonico, tu padre estará bien, y si llega a morir, bueno, de menos podrás consolarte con tu papel protagonico
Lo siento, pasaré a verlos esta noche...
Eso espero dulzura, te veo en la noche
En la bocina se escucho el tono de llamada finalizada, una mezcla de furia y arrepentimiento se apoderó de Claire, es que, ¡vaya!, sentía una impotencia magistral por la manipulación de su madre, sentía un gran odio hacia ella, pero también sentía culpa de ello, por que bueno, finalmente ella era su madre.
Frustrada y enojada aún, fue a su habitación, se encerró con seguro y puso una gran caja con varios artilugios raros en la puerta, no quería que entrara nadie.
Inspiro profundo, tratando de olvidar la gran impotencia que sintió por la manipulación de su madre, se tranquilizó un poco y se dirigió al espejo.
En este, pudo ver en sus parpados un par de bolsas moradas (que reflejaban su cansancio) que ella creía reflejaban su edad, también vio un par de pequeñas arrugas en los ojos color avellana, las tocó y estiró, como intentando enmendarlas o aplacarlas.
Finalmente se decidió a vestirse; fue al gran closet que había en su habitación, tomo un par de mallas color rosado, un bolero blanco y una playera de tirantes rosada también, tomó la ropa interior del cajón en el que la guardaba y finalmente tomo el par de zapatillas de ballet que tenían.
Las Zapatillas eran color rosa, tenían manchas por el uso, estaban rotas e incluso las puntas estaban tan gastadas que la lastimaban cada que bailaba, pero, bueno, no era muy fácil deshacerse de aquellas viejas zapatillas por que, pertenecieron a la abuela de Claire, la cual fue una de las mas grandes bailarinas de la historia.
A pesar de no poder deshacerse de las zapatillas por ese lazo sentimental, había una parte muy grande de ella que deseaba fervientemente deshacerse de aquellas zapatillas viejas, lo había intentado ya varías veces, pero en ninguna ocasión pudo.
Definitivamente necesitaba unas nuevas, unas magnificas zapatillas nuevas, unas de esas que dejaran a sus compañeras bailarinas asombradas y hablaran de lo bien y lo sorprendente que lucía.
Pero ¿De donde sacar zapatillas tan maravillosas como aquellas?
¿Zapatillas que fueran tan perfectas que dejaran a la gente hablando de ella y sus peculiares zapatos?
¿De donde sacar ese par anhelado?
Aquella Juventud que ella anhelaba tener de nuevo, que ella deseaba con todo su corazón.
Deseaba ser joven de nuevo, hacer aquellos bellos pasos de baile con la belleza, delicadeza y agilidad con los que en un tiempo pudo.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el chirriante y estruendoso sonar del teléfono, rápidamente salió del baño vaporoso en el que se encontraba, aún estaba mojada y estaba en toalla, corrió hacia la estancia y tomo el teléfono apresurada, casi resbala en su intento por alcanzar a contentar y estuvo a punto de caer al suelo resbalándose por el agua que aun tenía en el cuerpo.
Alzó la bocina y una chillona y chirriante voz le dijo:
Hola
Con una expresión de desprecio y en parte de arrepentimiento contestó:
Hola madre, ¿como estas?
Bien hija, ya sabes, con las cosas de viejos... ya vez.
¿Como esta papá?
Bien, hasta el momento no a tenido otro de sus ataques ni nada por el estilo, pero lo eh visto triste, ¿no crees que pueda ser por que no haz venido a visitarnos?
Lo siento, pero eh tenido una semana de verdad ajetreada, ya vez que la nueva temporada esta por comenzar y el ambiente en la compañía esta de lo mas tenso, lo siento de verdad, prometo que en cuanto pueda ir...
No te preocupes, sabemos que eres una mujer ocupada y que no tienes tiempo ni siquiera para tus padres.
Lo siento, es que.... no eh podido, necesito el protagonico este año, si no lo consigo ahora ya nunca lo conseguiré.
Claro, obtén el protagonico, tu padre estará bien, y si llega a morir, bueno, de menos podrás consolarte con tu papel protagonico
Lo siento, pasaré a verlos esta noche...
Eso espero dulzura, te veo en la noche
En la bocina se escucho el tono de llamada finalizada, una mezcla de furia y arrepentimiento se apoderó de Claire, es que, ¡vaya!, sentía una impotencia magistral por la manipulación de su madre, sentía un gran odio hacia ella, pero también sentía culpa de ello, por que bueno, finalmente ella era su madre.
Frustrada y enojada aún, fue a su habitación, se encerró con seguro y puso una gran caja con varios artilugios raros en la puerta, no quería que entrara nadie.
Inspiro profundo, tratando de olvidar la gran impotencia que sintió por la manipulación de su madre, se tranquilizó un poco y se dirigió al espejo.
En este, pudo ver en sus parpados un par de bolsas moradas (que reflejaban su cansancio) que ella creía reflejaban su edad, también vio un par de pequeñas arrugas en los ojos color avellana, las tocó y estiró, como intentando enmendarlas o aplacarlas.
Finalmente se decidió a vestirse; fue al gran closet que había en su habitación, tomo un par de mallas color rosado, un bolero blanco y una playera de tirantes rosada también, tomó la ropa interior del cajón en el que la guardaba y finalmente tomo el par de zapatillas de ballet que tenían.
Las Zapatillas eran color rosa, tenían manchas por el uso, estaban rotas e incluso las puntas estaban tan gastadas que la lastimaban cada que bailaba, pero, bueno, no era muy fácil deshacerse de aquellas viejas zapatillas por que, pertenecieron a la abuela de Claire, la cual fue una de las mas grandes bailarinas de la historia.
A pesar de no poder deshacerse de las zapatillas por ese lazo sentimental, había una parte muy grande de ella que deseaba fervientemente deshacerse de aquellas zapatillas viejas, lo había intentado ya varías veces, pero en ninguna ocasión pudo.
Definitivamente necesitaba unas nuevas, unas magnificas zapatillas nuevas, unas de esas que dejaran a sus compañeras bailarinas asombradas y hablaran de lo bien y lo sorprendente que lucía.
Pero ¿De donde sacar zapatillas tan maravillosas como aquellas?
¿Zapatillas que fueran tan perfectas que dejaran a la gente hablando de ella y sus peculiares zapatos?
¿De donde sacar ese par anhelado?